sep.. 16, 2022

La orquídea Casperiana

No lo puedo creer! Escuchaba a Martha y a Fernando contando que habían robado su orquídea del segundo piso. Esta orquídea, estaba en el lobby sobre una mesita de madera antigua que invitaba a todos los que pasaban a parar en seco ante tal belleza. Su cuerpo estaba de cubierto de flores y su blacura era como el alma de todas las personas buenas y honestas del recinto. 

 Desde que ellos se mudaron en agosto (el año anterior) la habían puesto en este lugar. La orquídea cada mañana saludaba con una sonrisa a todos los residentes, no importaba de cual piso fuera, o si era algún visitante o trabajador. Ella contagiaba con su risa a los demás, y sus pétalos abrazaban la armonía de la paz.  

Todo muy extraňo, aquí nunca pasaba nada, excepto si algún viejito se caía, entonces, las grandes puertas de cristal, abren paso al rescue y la policía. Fernando estaba enfurecido, jamás había visto al médico tan molesto. Repetía una y otra vez: el responsable tiene que pagar, lo voy a llevar a los tribunales. Esto no puede pasar en el condomínio, para algo pago seguridad.  

Él pidió revizar las cámaras, y para colmo estaban daňadas.

- ¿Cómo se va a resolver el problema? Preguntó Fernando a seguridad.

- No se preocupe, Fernando, este problema se va a resolver. Se hará el chequeo por las otras cámaras y le daremos una solución. Vaya tranquilo a su casa.  

Mientras, su esposa lo sujetaba por el brazo y con mucho amor le decía: 

- Vamos, ya ella te dijo que se va a encargar. 

Lo cierto es que misteriosamente al otro día aparecció la orquídea en el 1er piso, todos muy contentos de tenerla de nuevo y fue llevada a su lugar de origen. La Sorpresa fue tan grande que al llegar Carmen la seňora de limpieza se echó a reir y dijo, yo misma la cambié, y pensaba que era de papel.  

-Já, já, já, todos rieron.

- Es natural dijo Fernando.

- já, já, já, siguen riendo, y la sombra de Carmen comenzó a hablarle sobre la importancia de fijarse en los detalles, de ser consciente en lo que hacemos cada día y como hay que comunicarse mejor para evitar la tragedia simulada de la orquídea casperiana.